Recientemente,
Lauderdale et al (2020) han publicado un estudio basado en la hipótesis de un
feedback positivo entre el ciclo del Fe, la actividad microbiana y la
abundancia de ligandos orgánicos.
La
entrada de Fe al océano produce un aumento de la actividad microbiana, creando
un incremento de la concentración de ligandos orgánicos que favorecen la
disponibilidad de Fe en agua de mar, permitiendo de esta forma el consumo de
otros macronutrientes hasta que se alcanzan condiciones limitantes para dicho
crecimiento, ya sea por luz u otros macronutrientes. En ese momento el Fe ya no
incrementa la productividad a pesar de estar disponible.
Los
autores de este trabajo, a través de simulaciones de modelos que combinan
ciclos biogeoquímicos, presentan como principales conclusiones que los
ecosistemas marinos han evolucionado hasta tener optimizadas las propiedades
químicas de los ligandos orgánicos desde las condiciones anóxicas en el
Neoproterozoico hasta las actuales. Por otro lado, los modelos reflejan que las
fertilizaciones de Fe, propuestas inicialmente para disminuir el CO2
de la atmósfera y almacenarlo en los océanos, son inefectivas en ese propósito
ya que la producción primaria global se encuentra actualmente en su máximo.
Modelo
idealizado y esquematizado ciclos biogeoquímicos ocánicos (Lauderdale et al.,
2020).
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Feedback
del cilco Fe-ligandos-microorganismos (Lauderdale et al., 2020).
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Referencia:
Lauderdale, J. M., Braakman, R.,
Forget, G., Dutkiewicz, S., & Follows, M. J. (2020). Microbial feedbacks
optimize ocean iron availability. Proceedings of the National Academy
of Sciences, 117(9), 4842-4849.