En entradas anteriores hemos tratado el
tema de la acidificación de los océanos (ver entrada),
pero en este caso nos vamos a centrar en un caso real, la disminución del pH en
aguas del Océano Ártico.
Los cambios físico-químicos producidos a
consecuencia del cambio climático global han producido grandes variaciones en
el Océano Ártico, como pueden ser la disminución de la cobertura de hielo, el
aumento de la temperatura superficial, la entrada de agua desde el Océano
Pacífico, la producción primaria y la concentración de CO2. Con los
datos disponibles en diversos proyectos, se ha estudiado la acidificación del
Océano Ártico, demostrando que es uno de los océanos más vulnerables a grandes
cambios en el sistema atmósfera-tierra. De hecho, estudios recientes demuestran
que la acidificación de las aguas
superficiales debido a la entrada de CO2 atmosférico, el deshielo y
el afloramiento de aguas sub-superficiales (Bates et al., 2009; Mathis et al.,
2012; Robbins et al., 2013; Yamamoto-Kawai et al., 2009), acompañado de la
acidificación de esas aguas sub-superficiales por la entrada de aguas del
Pacífico, afectan a cambios a gran escala temporal (Steinacher et al., 2009).
En un estudio reciente, Qui et al. (2017) estudiaron el
estado de saturación de la aragonita en el Océano Ártico superficial (por
encima de los 300 m). La estimación del estado de saturación de la aragonita se
puede llevar a cabo a partir de medidas de la Alcalinidad total y del Carbono
Inorgánico Disuelto. Estos autores demuestran que la parte Oeste del Ártico
tiene un estado subsaturado de aragonita desde 1994 que nunca va más al norte
de los 80 ºN, pero a partir de 2008, las aguas subsaturadas alcanzan zonas más
alejadas, hasta los 85 ºN. Estos cambios se deben a la mayor entrada de CO2
desde la atmósfera, a la menor cobertura de hielo que permite, entre otros
factores, aumentar el flujo de agua que entra desde el Pacífico.
En definitiva, el Océano Ártico se está
acidificando más rápido que el Pacífico y el Atlántico. Ahora falta entender
como está afectando este cambio tan rápido en la química de los metales traza,
en los ciclos biogeoquímicos y en la dinámica de los ecosistemas.
Distribución latitudinal del estado de saturación de la aragonita en el Océano Ártico Occidental para los años 1998 y 2008-2010, respectivamente (Qi et al., 2017) |
Referencias
Bates, N. R., Mathis, J. T., & Cooper, L. W. (2009). Ocean
acidification and biologically induced seasonality of carbonate mineral
saturation states in the western Arctic Ocean. Journal of Geophysical
Research: Oceans, 114(C11).
Mathis, J. T., Pickart, R. S., Byrne, R. H., McNeil, C. L., Moore, G. W.
K., Juranek, L. W., ... & Cross, J. N. (2012). Storm‐induced upwelling of high pCO2 waters onto the continental shelf of the
western Arctic Ocean and implications for carbonate mineral saturation
states. Geophysical Research Letters, 39(7).
Qi, D., Chen, L., Chen, B., Gao, Z., Zhong, W., Feely, R. A., ... &
Zhan, L. (2017). Increase in acidifying water in the western Arctic
Ocean. Nature Climate Change, 7(3), 195-199.
Robbins, L. L., Wynn, J. G., Lisle, J. T., Yates, K. K., Knorr, P. O.,
Byrne, R. H., ... & Takahashi, T. (2013). Baseline monitoring of the
western Arctic Ocean estimates 20% of Canadian basin surface waters are
undersaturated with respect to aragonite. PloS one, 8(9),
e73796.
Steinacher, M., Joos, F., Frolicher, T. L., Plattner, G. K., &
Doney, S. C. (2009). Imminent ocean acidification in the Arctic projected with
the NCAR global coupled carbon cycle-climate model.
Yamamoto-Kawai, M., McLaughlin, F. A., Carmack, E. C., Nishino, S.,
& Shimada, K. (2009). Aragonite undersaturation in the Arctic Ocean:
effects of ocean acidification and sea ice melt. Science, 326(5956),
1098-1100.