El Banco Español de Algas
(BEA), donde trabaja la Dra. Antera Martel (miembro del proyecto EACFe y encargada de la selección y mantenimiento de las cepas que utiliza el grupo QUIMA), es un servicio nacional de I+D+i de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria (ULPGC), gestionado por la Fundación Canaria Parque Científico
Tecnológico de la ULPGC. El BEA es la única colección oficial y pública en
España que mantiene y suministra microalgas y cianobacterias. El trabajo en la
colección consiste en la bioprospección, aislamiento, identificación, caracterización
y conservación a largo plazo de cepas. Además de estas funciones básicas, el BEA
desarrolla programas de cultivo y valoración de la biomasa bajo diferentes
proyectos de investigación públicos y privados.
Imagen de cultivos en el BEA |
El BEA es miembro de la Organización Europea de
Colecciones de Cultivos (ECCO), de la Federación Mundial de
Colecciones de Cultivos (WFCC),
forma parte del Centro Mundial de Datos
sobre Microorganismos (WFCC-MIRCEN) y es socio de Asociación
Española de Bioempresas (ASEBIO).
Imagen de la colección de cepas (BEA) |
En la actualidad, el Banco
mantiene 1640 cepas, algunas de ellas inéditas para la ciencia y la mayoría nuevas
citas para Canarias, procedentes de hábitats terrestres, dulceacuícolas, salobres,
marinos e hipersalinos, principalmente, de la región Macaronésica.
Las cepas son clonales, el 15%
de ellas axénicas, aisladas por el personal y colaboradores del BEA mediante técnicas
manuales o utilizando citometría de flujo con sorting, sin emplear tratamientos
químicos.
El 60% de las cepas se ofrece
al público a través de la tienda virtual del BEA (www.bea.marinebiotechnology.org), el 25% corresponde a depósitos
privados para clientes y cepas en mantenimiento para proyectos propios y el 10%
son depósitos de patentes industriales.
El BEA también cuenta con las
instalaciones y la experiencia de trabajo en proyectos de cultivo de microalgas
a escala de planta piloto. Esto incluye los procesos de selección de microalgas
y cianobaterias mediante caracterización fisiológica y genética; escalado de
las cepas seleccionadas hasta su cultivo en fotobiorreactores (400L), tanques
(1500L) y “raceways” (hasta 12000 L) bajo condiciones naturales en invernadero
(radiación solar, temperatura ambiente); y la monitorización y seguimiento de
los cultivos para establecer sistemas de producción sostenibles e integrales.
Como centro de Centro de
Recursos Microbianos (mBRC), el Banco tiene como misión:
- Preservar el material genético
y la biodiversidad. La conservación de la naturaleza y la diversidad biológica
es esencial, por tres razones fundamentales: primero, supone una fuente de recursos biológicos (incluyendo
alimento, fármacos y material muy valioso para la acuicultura, la maricultura,
la estructuración del suelo ....); segundo, contribuye al mantenimiento de la
biosfera en la medida que da soporte a la vida humana y de otras especies; y
tercero, porque es un valor a mantener por razones éticas y estéticas.
- Facilitar el acceso a una
amplia gama de recursos únicos, de calidad y con un gran potencial para el
desarrollo de procesos biotecnológicos y aplicaciones industriales, principalmente
en las áreas de: biocombustibles, farmacéutica, cosmética, nutracéutica y acuicultura.
Todo ello, desde un marco legal que favorece la explotación sostenible de la
biodiversidad microbiana y el reparto justo y equitativo de los beneficios (ABS)
que se deriven de los recursos genéticos de los Estados, de acuerdo con el
Protocolo de Nagoya y lo dispuesto en el Convenio sobre
Diversidad Biológica (CDB).
- Proporcionar recursos
microbianos específicos que permiten a los investigadores resolver nuestros
grandes retos sociales: el suministro de energía, el cambio climático y la asistencia
sanitaria para todos.
En definitiva, producir
conocimiento mediante la investigación, la difusión a través de la educación, y
su aplicación a través de la innovación, especialmente en una de las regiones
con mayor capacidad para el desarrollo del cultivo de algas como nuevo sector
agro-industrial. Las algas juegan un papel determinante en la economía
cotidiana, puesto que afectan directamente a sectores vitales de la región: el turismo,
la pesca, el marisqueo, la acuicultura, las aguas de abasto, las aguas de uso
agrícola, además de la salud pública y el medio ambiente. Por lo tanto,
invertir recursos en la investigación, conservación y aplicación de esta
biodiversidad es asegurar nuestra calidad de vida presente y futura.