Ir al contenido principal

VARIACIÓN ESPACIO-TEMPORAL DEL SISTEMA DE CARBONATOS EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL

Investigadores del grupo QUIMA (IOCAG, ULPGC) publican un nuevo artículo sobre la química del sistema de los carbonatos en el Mediterráneo. En este caso, el trabajo se ha titulado: Spatiotemporal variations in surface marine carbonate system properties across the western Mediterranean Sea using volunteer observing ship data.

El grupo QUIMA ha trabajado durante más de cinco años para recopilar más de 60.000 medidas a bordo del buque de oportunidad Joana Sophie (Nisa Marítima). El trabajo se centró en dos rutas principales: una que atraviesa el mar de Alborán, cerca del Estrecho de Gibraltar, y otra que recorre la costa entre Cabo de Gata y Barcelona. Con ello se pudo estudiar la variación de las propiedades químicas del sistema de carbonatos a lo largo del tiempo para conocer su variabilidad estacional e interanual.

Este trabajo permite confirmar que el Mediterráneo occidental es un sistema muy dinámico. En invierno, las aguas superficiales tienen temperaturas de entre 14 y 17 °C, mientras que en verano pueden superar los 28 °C en la zona más oriental. Por otro lado, durante los meses cálidos, el carbono total disuelto puede descender hasta 2085 µmol por kilogramo, lo cual está relacionado con la actividad biológica. Además, el intercambio de CO₂ con la atmósfera muestra que en invierno la región se comporta como un sumidero, mientras que en verano se comporta como fuente. En otras palabras, en etapas frías el Mediterráneo occidental absorbe CO₂, mientras que en verano lo emite hacia la atmósfera.

En términos climáticos, es importante conocer la variación interanual. Este trabajo demuestra que, entre 2019 y 2024, la temperatura superficial del agua aumentó a un ritmo de hasta 0,38 °C por año en algunas áreas, casi el doble de la media global de los océanos. Este rápido calentamiento es el principal responsable del incremento observado en la presión parcial de CO₂, que creció entre 4 y 5 µatm cada año, y de la disminución del pH, que cayó aproximadamente 0,006 unidades anuales. Esto implica que el 76% al 92% de estos cambios pueden atribuirse directamente a la subida de la temperatura, lo que refleja el fuerte impacto del calentamiento global en la región.

Teniendo todo ello en cuenta, la tendencia histórica del Mediterráneo occidental de amortiguar el exceso de carbono atmosférico, por su capacidad de absorber CO₂, se puede ver comprometida.  Los datos indican que en estos cinco años de estudios, el flujo neto anual de CO₂ hacia el mar se ha reducido entre un 40% y un 80%.

Este trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto CanBIO (su programa CanOA), financiado por el Gobierno de Canarias y la Fundación Loro Parque, además de la red CARBOCAN (convenio entre Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias y el grupo QUIMA).